Limpieza facial: lo que debes y no hacer

Lavarse la cara parece algo tan fácil que hasta un hombre de las cavernas podría hacerlo, ¿cierto? Pero resulta que un montón de personas se arruinan la piel con el tiempo porque nunca han aprendido la técnica adecuada. Sí, hay una forma correcta e incorrecta de limpiar. Desde cuándo lavarse hasta cuántas veces al día hacerlo y el tipo de agua que debes usar. Aprende a hacerlo con estas técnicas de lavado.

 

Lávate primero las manos

Para mantener a raya la suciedad, los gérmenes, la mugre y las bacterias en las manos, el dermatólogo certificado, Dr. David E. Bank, fundador y director del Centro de Dermatología, Cirugía Cosmética y Láser en Mt. Kisco, NY, recomienda lavarlas a fondo y asegurarse de quitar todo el jabón antes de tocarse la cara. De esta forma, los productos químicos del jabón de las manos no reaccionan ni irritan la piel sensible de la cara.

 

No uses agua fría o caliente

En cambio, el agua debe estar tibia o templada. Cuando el agua está demasiado caliente, puede romper los vasos sanguíneos y los capilares, provocando pequeñas marcas rojas que son difíciles de ocultar en la cara. Sin mencionar que el agua caliente le quita a la piel la humedad natural que necesita para lucir joven. Mientras que el agua fría, no sólo es desagradable al contacto, sino que en realidad puede cerrar los poros que estás tratando de destapar.

 

 

Lávate la cara dos veces al día

No hay necesidad de exagerar, dos veces es más que suficiente. Una limpieza y exfoliación excesiva pueden eliminar los lípidos de la piel que funcionan como una barrera para proteger y retener la humedad. Limítate a lavarte una vez por la mañana con un limpiador suave y luego exfolia por la noche.

 

No te frotes tan fuerte

En serio, sé amable, tu cara te lo agradecerá. El lavado agresivo irrita la piel, no se ve bien, y puede empeorar el acné. El acné no es suciedad y no desaparece por sí solo, debe tratarse con productos diseñados específicamente para dichas causas. Así que, por mucho que lo intentes, tallarte con fuerza no lo hará desaparecer.

 

No uses toallas (a menos que esté lavada)

Las toallas desechables son más higiénicas ya que las de algodón a veces guardan demasiadas bacterias. Ahora bien, si las manos limpias, un buen limpiador y un toque suave pueden hacer el trabajo, para una limpieza aún más profunda y agradable para tu piel, puedes incorporar un cepillo limpiador electrónico en tu rutina nocturna. Hay de diferentes marcas y los encuentras fácilmente en las tiendas online o en cualquier supermercado.  

 

Lávate la cara después de lavarte el cabello

Si hay un error que cometen muchos, es lavarse la cara en la ducha antes de enjuagar por completo el champú y el acondicionador del cabello. ¿Por qué importa tanto el orden? Porque muchos acondicionadores contienen ingredientes que obstruyen los poros y se sabe que causan acné. 

 

 

No apliques humectante sobre la piel seca

Después de lavarte la cara, sécate la piel con palmaditas y deja un poco de exceso de humedad. Cuando te pones crema hidratante sobre la piel húmeda, ayudas a atrapar el agua en la superficie de la piel, asegurando que tu rostro esté hidratado y húmedo, pero sobre la piel seca es básicamente un desperdicio. Vuélvete una prioridad en tu vida y no olvides que cuidarte también es productivo. Lerk, tu aliado en el placer. 

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