De cómo el porno impacta nuestra vida
Hablemos claro: todos aquí hemos visto pornografía. La vida de los consumidores eróticos ha cambiado mucho gracias al internet, que nos da un acceso inmediato a todo lo que las palabras adecuadas arrojen en el buscador. La humanidad ha pasado de hojear revistas para adultos, a mirar videos por la madrugada en la comodidad de nuestros hogares.
Pero antes de todo esto, el porno ya era parte de la vida. Las imágenes o relatos con intenciones eróticas han convivido con el ser humano desde hace siglos. La creación de esta clase de contenidos es tan natural como el mismo acto sexual.
Empecemos con la reflexión desde el lado positivo de la pornografía. Hay quienes ven en estos contenidos una herramienta para romper algunos de los tabúes de los que hablábamos antes. Y claro que tienen un punto: muchas prácticas que ahora están generalizadas han ido llegando a nosotros gracias a su difusión en la pornografía.
Sin el empuje de la difusión de la sexualidad, nos habríamos tardado más en descubrir, redescubrir y traer a la mesa temas tan variados.
Por otro lado, no podemos dejar fuera del tema el hecho de que la pornografía es un producto maquillado (a menos que seas consumidor de videos caseros). Como en toda producción audiovisual, la pornografía se somete a procesos de edición y caracterización.
Entonces, la mayor parte de lo que llega a nuestras pantallas es un escenario falso. ¿Por qué es importante saber esto? Porque consumir pornografía en grandes cantidades podría crearte expectativas falsas de las relaciones sexuales y por lo tanto alejarte de tener una vida sexual divertida y satisfactoria, que es lo deseable.
También es importante tener en cuenta que ciertos tipos de pornografía muestran imágenes violentas hacias las mujeres, lo que podría llevar a los espectadores a normalizar estas prácticas. Una alternativa es buscar contenidos hechos por mujeres, como los de la directora Erika Lust.
Ser consciente de estos temas nos ayuda a vivir nuestra sexualidad con más libertad y placer. Cuéntanos, ¿qué es lo que más y lo que menos te gusta de ver porno?
Lerk, tu aliado en el placer.
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