El hombre que marcó el futuro, porque Tesla no son solo automóviles
Hoy en día puedes mirar en cualquier dirección y no habrá nada que no esté alimentado por electricidad. Vamos por nuestra vida disfrutando de las comodidades que tenemos hoy sin que se nos cruce por el pensamiento, el cómo vivían nuestros precursores antes de tanta modernidad, manteniendo una imagen fantástica del pasado.
Mucho de lo que disfrutamos hoy se lo debemos a las mentes brillantes y curiosas del pasado. En esta ocasión hablaremos de Nikola Tesla, cuyo apellido actualmente toma prestado la compañía americana de vehículos eléctricos.
Si eres amante de la historia, de las grandes invenciones y de las sorprendentes mentes creativas que desarrollaron impresionantes proyectos, entonces esto que te contaremos sin duda te atrapará. Prepárate una botana, hoy tomamos una interesante clase de historia:
Nikola Tesla nació en Smiljan, la actual Croacia, el 10 de julio de 1856. A los tres años, mientras acariciaba a su gato, a Tesla le sorprendió que el roce de su mano produjo una lluvia de chispas y quiso averiguar cuál era el motivo. Esta habría sido la primera vez que tomó consciencia de la electricidad.
Bueno, tomemos un breve descanso de la clase de historia. ¿Por qué no recordamos algunos de los inventos más populares de Tesla? Este genio hizo mucho más que inventar la bombilla. A decir verdad, muchas de sus creaciones forman parte de nuestro día a día. Aquí te compartimos una lista de los más destacados, no olvides compartirnos cuál te resultó el más sorprendente:
- La radio – Este invento se le atribuye al italiano Guglielmo Marconi, pero fue Tesla quien presentó su versión en 1893
- Los rayos X – La invención de los rayos x se atribuye al alemán Wilhelm Conrad, pero es verdad que sin los aportes de “radiación invisible” de Nikola Tesla, esto jamás habría sido descubierto.
- La corriente alterna – Se trató del motivo de interminable pleito entre Tesla y Edison. Finalmente, la forma de producir y distribuir la electricidad de Tesla resultó más eficiente y segura. ¡Triunfó el bien!
- La transferencia de energía eléctrica de forma inalámbrica – Parece ser que la telefonía inalámbrica es invención de esta brillante mente. Los celulares fueron una de sus teorías ¿Será que este hombre podía ver el futuro?
- El motor eléctrico – ¡Así es! Si bien este tipo de motores se pusieron de moda hace algunos años, llevan mucho tiempo existiendo. ¿No es sorprendente?
A los 17 años el joven Nikola enfermó de cólera, y su padre le prometió que si superaba la enfermedad le enviaría a la mejor escuela de ingeniería que hubiera; su mayor deseo. Así es como se recuperó y estudió con el claro objetivo de idear el modo en que la energía pudiese llegar a todo el mundo.
Al graduarse comenzó a trabajar con Thomas Alva Edison, con quien discrepaba en su teoría de corrientes. Finalmente, es la corriente alterna, ideada por Tesla, la que seguimos usando en nuestros hogares más de ciento cincuenta años después.
Debido a sus diferencias con Edison, la trayectoria de Tesla no sería fácil, pues quien debía servir como un mentor, llegó a medidas extremas para difamarlo. A partir de entonces, todos sus intentos para vender sus productos fracasaron.
Nikola Tesla murió solo el 7 de enero de 1943, en una habitación de hotel en Nueva York, a la edad de 86 años, de un infarto de miocardio. Una vez que fue enterrado, el gobierno de Estados Unidos intervino su despacho y tomaron posesión de todos los documentos que contenían sus estudios e investigaciones. Sin embargo, algunos no pudieron ser descifrados, puesto que Tesla guardaba la mayoría de sus ideas en su mente. Así que resulta todo un misterio qué clase de avances tecnológicos tendríamos hoy en día si la información se hubiera recolectado.
Gracias a la perseverancia de un hombre que se opuso a las normas establecidas y que vivió en un mundo que aún no estaba preparado para sus inventos, Tesla hoy es considerado por muchos como el mejor inventor del siglo XX. ¿No opinas lo mismo? -Mucho gusto -El placer es mío. Lerk, tu aliado en el placer.
